jueves, 4 de marzo de 2010

Efectos psicológicos de las dislalias.

En general entre la edades de 4 a 6 años, el niño no se da cuenta de su defecto y cree firmemente que habla bien, pero es aproximádamente hacia los 7 años cuando el niño empieza a reconocer su problema por dos vías:

  • Experiencia personal de su lenguaje.
  • Las risas, chistes y comentarios que suscita su forma de hablar entre las personas que le rodean.
Ante esta situación el niño puede tener una reacción de frustración, agresividad, retraimiento, timidez...

Cuando el niño en situación escolar presenta este defecto de articulación, supondrá, por lo general, un handicap para s integración social en el grupo y para conseguir un rendimiento en proporción a su capacidad, fundamental para la adquisición del lenguaje oral y de la lecto-escritura.

Ya en los adultos las dislalias pueden afectar en gran manera el psiquismo y la vida del sujeto. Un trastorno del desarrollo del lenguaje articulado también puede crear reacciones familiares desajustadas por falta de aceptación del problema.

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